«Los límites son mentales»
Una y otra vez oímos decirles a otros lo que sí pueden o no pueden hacer. Incluso nosotros se lo decimos «por su bien» a nuestras parejas, hijos, amigos y familiares.
Los límites se han formado en base a creencias, educación, valores y aprendizajes y nosotros, en ocasiones, repetimos ese patrón de comportamiento. Son fruto de nuestra propia experiencia y la del entorno al que pertenecemos.
Por lo que hemos sentido y vivido como parte de nuestro propio proceso. Desde nuestra infancia ya recibimos una herencia incluso antes de nacer, de nuestros ancestros, de los que llegaron antes que nosotros.
Toda esa herencia, al servicio de nuestra vida. Podemos ir más allá y trascender ciertos aspectos y superar límites aparentes. Ir hasta nuestra esencia para conectarnos con el principio de una nueva etapa.
Según las leyes de la aerodinámica, las abejas no deberían poder volar porque sus alas son muy pequeñas.
Evidentemente vuelan 🐝
Es posible soltar esos patrones, esas consideraciones y permitirnos nuevos aprendizajes, nuevos retos y oportunidades.
Nuestra mente es un cúmulo de potencialidades. Aprendimos desde niños cosas aparentemente tan sencillas como a caminar o a comer solos. En su estadio fueron complejas pero las hemos olvidado…
La repetición de una acción te lleva a interiorizarla y por tanto a su aprendizaje.
La paradoja es que una vez aprendida no recordamos el proceso, su esencia y el hermoso momento del logro de la propia acción. Tan sólo vemos que somos ya capaces de realizar ese paso o acción.
Me gusta recordar mi primera clase en la autoescuela, en la que me veía torpe e incapaz. No llegué a imaginarme que obtendría mi carnet. Y lo hice, obtuve mi carnet.
Y así con infinidad de cosas: mi primera sesión, mi primer taller…
Cada nuevo día es mi primer día.
¿Recuerdas cómo fue tu primer día en el instituto, en el trabajo o la primera vez que viajaste en avión? ¿Recuerdas las sensaciones?
En tu vida, como en la mía y en la de muchas otras personas han habido grandes éxitos y aprendizajes. Superaciones y fracasos que en realidad son experiencias. Caerse y levantarse. En eso consiste la vida.
La mayoría de límites son mentales. No en tanto las limitaciones como por ejemplo ejercer una profesión sin haberse preparado para ella. Aún así, con método, constancia y perseverancia se puede lograr. Nunca es tarde para emprender nuevos retos.
Herramientas para afrontar los límites:
Educar y aceptar nuestras emociones nos calma la mente y nos hacen sentir mejor. Una buena gestión y comprensión de nuestros estados emocionales y una buena dosis de alegría son generadores de cambio.
La respiración nos ayuda en el proceso. Meditar por ejemplo es una buena herramienta para la gestión emocional en nuestro día a día. Una meditación consciente y desde la observación.
Nuestro lenguaje también es otra gran herramienta que acompasa nuestros pasos y que nos potencia muchas cualidades. Ampliar nuestro vocabulario, leer y ser asertivos con nosotros mismos y con el prójimo mejoran nuestra vida y la de nuestro entorno.
El cambio emerge desde nuestro interior una vez traspasamos los límites y nos abrimos a la aventura de la vida.