Nuestro ADN HOLOGRÁFICO es luz e información, y transmite la imagen de nuestro “ser realizado”, su máxima expresión o potencia. El holograma es el mapa hacia donde ir. Es nuestra misión.

Todo lo que tiene vida, tiene su holograma (partícula, molécula, célula… ). Es decir todo lo que está vivo o estuvo vivo tiene su holograma.

El ser humano es el único que tiene libertad de elegir hacia dónde dirigirse en función de sus decisiones. Nuestros aprendizajes y experiencias nos acompañan en nuestro camino de vida, cada vez con más conciencia y profundidad.

Recibimos nuestra vida de nuestros padres biológicos y el encuentro con ellos nos permite tomarlos de un modo espiritual para recibir todas las bondades de la vida, de la fuerza de la vida que nos acompaña desde antes de nuestro nacimiento, ya en la concepción incluso antes.

Nuestro Holograma, contiene toda la memoria ancestral en positivo, es decir, todas aquellas situaciones que nuestros ancestros superaron. Resonamos así mismo, con otras personas con las que sin conocer, vamos coincidiendo por vibración y frecuencia. Las frecuencias más altas atrayendo hacia si las frecuencias más bajas.

La vida no es individual, ese efecto de la resonancia amplifica cada uno de nuestros actos.

Todos resonamos con todos. La energía es una.

Todxs somxs uno.

La polaridad está presente en nuestras vidas, nos ayuda a crecer y permitirnos ser humanos, vulnerables y estar abiertos a nuestra transformación esencial. Todo es doble, todo tiene dos polos; todo, su par de opuestos: los semejantes y los antagónicos son lo mismo; los opuestos son idénticos en naturaleza, pero diferentes en grado; los extremos se tocan; todas las verdades son medias verdades, todas las paradojas pueden reconciliarse. Cuarto principio o axioma del Kybalión.

Cada vez que tomamos en nuestro corazón lo difícil, lo beligerante, lo que consideramos nefasto, dos extremos opuestos, por ejemplo el blanco y el negro, emerge la fusión de la vida, que es creatividad y transformación. La vida es continua, sigue.

En tus genes habitan los recursos de muchas vidas que se fueron creando y que dejaron una hermosa huella en el Universo.

Ninguna vida se da o se quita en vano. Todo tiene un sentido aunque no lo entendamos. Estamos movidos por algo más grande al servicio de la humanidad, para sanar y para sanarnos. Para conectar con más amor.

La fuerza de la vida sigue en cada uno de nosotros, con cada decisión, a cada instante. Cada vez que una persona elige la vida y se atreve a vivirla plenamente, resuena en el Universo entero y contagia a todo aquel que resuena en su frecuencia.

A través de los poros de nuestra piel, emitimos y a la vez recibimos, en el sagrado equilibrio entre una de las mayores fuerzas del amor: dar y recibir. Dar sin esperar, abrirse a recibir sin limitación. No tan solo lo material o lo económico, sino la propia abundancia de la vida, de la salud, del éxito, del amor profundo.

¡Qué somos sino amor! Amor en crecimiento. Amor puro. Puro amor.

Te deseo una gran vida. La vida te espera, sé paciente contigo, no te detengas, sigue adelante.

Te espero en la vida.

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